La educación
integral persigue formar un individuo capaz, creativo, crítico, participativo,
sensible e inmerso en una realidad socio política que conoce y entiende porque
la ha vivido y experimentado por lo que es capaz de combinar el saber teórico y
práctico con el saber tradicional o local y a su vez evolucionar con el entorno.
No es
exclusividad de cada ambiente desarrollar un solo aspecto del individuo pero se
puede separar del siguiente modo según el grado mayor de incidencia de cada
grupo o institución en el desarrollo de habilidades, valores y actitudes del
niño y la niña:
Familia
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Escuela
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Comunidad
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Valores
Definen los juicios y acciones
morales y éticas que el individuo considera intrínsecas en sí, definen lo que
el niño y el adulto aprecia y reconoce, rechaza o desecha, dan sentido a las
actitudes porque las condicionan; también intervienen en las decisiones, y de
la educación sobre los mismos se pueden guiar los individuos hacia sus metas
educativas, profesionales y humanas; finalmente pueden ser influenciados por
la propia sociedad.
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Habilidades
Denotan el potencial que un
individuo tiene para adquirir y manejar nuevos conocimientos o destrezas; de
acuerdo a nivel educativo de la institución las habilidades se potencian en
mayor o menor proporción; pero es tarea del docente aprovecharlas y fungir
como mediador entre el niño y el conocimiento para que pueda aprehenderlo.
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Actitudes
Son una forma de reacción constante
o conductas que muestra el individuo ante determinados objetos, situaciones o
conocimientos. Algunas actitudes son básicas y comunes a todos debido a las
distintas etapas del desarrollo humano, otras son aprendidas de nuestro
entorno, principalmente el familiar mientras se es niño, pero luego están
mayormente condicionadas por el entorno social y el nivel educativo.
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